Economía: por qué


La economía como ciencia social es una gran mentira

Lo es porque todos los economistas que nos hemos formado en las aulas en los últimos treinta años lo hemos hecho de manera sesgada, bajo el palio de una teoría dominante y sin tener acceso comparativo, a no ser que fuese por libre, a las teorías económicas "heterodoxas", que se enfrentaban de un modo u otro a los planteamientos básicos de la teoría económica neoclásica. 

Y este no es un mal solo de nuestro país, es un virus especialmente virulento en Gran Bretaña o los EE.UU, sedes de los principales centros de conocimiento y reconocimiento económico, donde la heterodoxia ha quedado identificada como antisistema.

Y si es una gran mentira, ¿por qué hay que saber economía entonces?. Leyendo hace ya tiempo el blog de Alberto Garzón recuperé una cita que escuché en unas de las pocas clases interesantes de la Universidad. La cita es de Joan Robinson, economista británica del siglo XX, próxima al "Circus" de Keynes, pero paradigma de la heterodoxia durante toda su trayectoria, que dijo que "el principal motivo para estudiar economía es evitar ser engañados por los economistas". La vigencia de esas palabras en la actualidad es absoluta.

La economía como ciencia social no es exacta. Es cierto que hay muchas voces que, pareciendo autorizadas, nos intentan convencer de lo contrario, que tienen acceso a los púlpitos y tribunas y que, en muchos casos, copan puestos de enseñanza económica. No por sus méritos docentes, sino porque son las voces que dan resonancia a las teorías dominantes. No nos dejemos engañar, discutamos, abandonemos la ortodoxia, no seremos los primeros, muchos heterodoxos discutieron las sucesivas teorías económicas vigentes, pero no recibieron eco. Tal y como ocurre hoy. 

La teoría económica neoclásica ha fracasado. Es el momento de diseñar el futuro modelo económico de nuestra sociedad. El principal riesgo es que quien ha de diseñarlo, evaluarlo y ponerlo en práctica no tiene la formación económica necesaria. Necesitamos personas que se formen en economía, en una economía de conocimiento global, extrañamente ortodoxa y heterodoxa a la vez, con acceso a fuentes de información críticas y que sea capaz de discutir libremente entre los distintos modelos económicos que pueden implantarse. Dejemos de dar por supuesto que el modelo capitalista actual es el único válido, puede evolucionarse hacia modelos más eficientes, más equitativos, más sostenibles y más humanos. Sólo desde el conocimiento crítico podemos emprender este viaje.

Revisión: 05/06/2018 20:34 hs.